lunes, 27 de noviembre de 2017

Intervención del Área Social en PMR

El apoyo social de los proyectos debe estar orientado principalmente para la familia o adultos protectores, para que puedan acceder de manera rápida y oportuna a los recursos institucionales y comunitarios para satisfacer sus necesidades y mejorar su bienestar, y principalmente, del niño/a o adolescente. 
En esta tarea los trabajadores sociales, pueden realizar diagnósticos familiares, evaluando riesgos y capacidades protectoras de los referentes familiares.
Asimismo es importante utilizar la práctica en red y la intervención en red. Se espera que el trabajador social sea un articulador de las redes locales que cada familia pudiese requerir.
El apoyo psicológico al niño/a o adolescente y las familias debe estar presente durante toda la intervención, el que debe ser considerado en todos los casos, se requiera o no de medidas de protección inmediatas, el que puede llevarse a cabo a través de las siguientes herramientas: intervención en crisis, psicoterapia y terapia de grupo, fomentando el buen trato al interior de la familia de la víctima.
En la intervención en crisis, el psicólogo debe utilizar las herramientas clínicas que permitan evaluar la funcionalidad de la crisis para reevaluar estrategias de abordaje a seguir.


 En relación a la psicoterapia, este proceso debe ser llevado por profesionales con formación en terapia y que participen en procesos permanentes de capacitación en la atención del maltrato y abuso sexual infantil. En general, se espera que cada caso ingresado cuente con, al menos, una sesión semanal, cuya duración dependerá de la fase de intervención, edad y recursos, intereses de los niños/as y adolescente.

El proceso de seguimiento deberá considerarse como parte del proceso de intervención, previo al egreso formal del proyecto. La finalidad del seguimiento es asegurar los logros alcanzados en el proceso de intervención.
 El período máximo de seguimiento podrá ser de 6 meses.

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